Los miserables, una obra que sigue presente
Victor Hugo fue parte de una generación francesa que transito el siglo XIX, cuyas vidas fueron golpeadas por políticas divisivas, tecnología disruptiva y una pandemia mortal. Las opiniones de Hugo sobre la protesta y el rostro humano del progreso son tan relevantes para nuestro hoy como lo fueron en ese entonces.
El escritor alcanzó la mayoría de edad durante un período en el que Francia estaba gobernada por una monarquía archiconservadora que tenía la intención de hacer retroceder el reloj en 30 años. La monarquía quería restaurar Francia a una edad de oro que existía antes de la Revolución Francesa de 1789. Esa revolución y las décadas de disturbios civiles y guerra que la siguieron marcaron profundamente a la sociedad francesa. Las tensiones sociales de esa época dividieron a la familia de Hugo, y le hizo crecer en un hogar disfuncional.
En 1830, una segunda revolución interrumpió Francia una vez más. Hugo, ahora padre de niños pequeños, fue arrojado a un nuevo mundo. Afortunadamente, aterrizó de pie, pero dos años más tarde una nueva enfermedad mortal, el cólera, cerró París. La epidemia arrojó una dura luz sobre las desigualdades de la sociedad francesa, y convenció a muchos de que las cosas nunca podrían ser iguales.
Las décadas siguientes fueron un período de agitación social impulsado en gran parte por los cambios tecnológicos provocados por la revolución industrial. Hugo floreció en su trabajo. Se convirtió en el escritor preeminente de Francia, y entró en política.
Luego, en 1848, otra revolución trastocó el gobierno y allanó el camino para que Luis Napoleón, un líder autocrático, fuera elegido presidente. Luis Napoleón tomó el poder en un golpe de Estado en 1852 y se declaró emperador de Francia.
Hugo se opuso vehementemente al ascenso de Luis Napoleón al poder. Esto resultó su exilio a la isla de Guernsey, donde escribió Les Misérables.
La publicación de "Los Miserables", en 1862, fue ampliamente esperada en base a la popularidad de Hugo. El libro fue un éxito inmediato. Atrajo a un público amplio en toda Europa y otras áreas del mundo. En los Estados Unidos, la obra encontró ávidos lectores entre los soldados que luchaban en ambos lados de la Guerra Civil Estadounidense.
La historia principal sigue la vida de un exconvicto y marginado social, Jean Valjean, mientras busca la redención y la realización en una sociedad que experimenta trastornos y cambios. La novela es autobiográfica en muchos aspectos. El personaje de Marius está basado en la vida de Hugo como un adulto joven. Y, el conflicto entre Jean Valjean y Javert, el antagonista de la historia, refleja lados conflictivos de la propia personalidad de Hugo.
El autor usó su obra para criticar las injusticias de la Francia del siglo 19. Sin embargo, los temas tratados en la novela son universales y aún resuenan: los derechos de las mujeres, los conflictos intergeneracionales, la crueldad del sistema de justicia y el fracaso de las instituciones de la sociedad.
En la obra, a revolución juega un papel importante, tal como lo hizo en la vida de Hugo, quien rastreó la fuente de los disturbios civiles y la revolución hasta el conflicto duradero entre el deseo de estabilidad y la búsqueda de algo mejor. Las personas que están bien atendidas por la sociedad buscan estabilidad, y las empujadas a la precariedad se levantan por el cambio.
Hugo argumentó que las personas tienen derecho a desafiar las leyes y convenciones de la sociedad cuando estas no se alinean con lo que es moralmente correcto. La revolución, dijo, es un agente de progreso.
Cualquier cosa se hace en nombre del progreso. Luis Napoleón gobernó Francia bajo la bandera del progreso. Su gobierno construyó un sistema nacional de ferrocarriles y reconstruyó París para ser el escaparate de la modernidad. Sin embargo, las amplias avenidas que construyó a través de la ciudad fueron diseñadas para facilitar al gobierno sofocar futuras revueltas civiles.
Hugo tiene una visión más expansiva: el progreso tiene una dimensión espiritual además de sus manifestaciones materiales. Hugo dijo que el progreso es el viaje humano hacia lo divino.
En la vida, Víctor Hugo encontró el éxito mirando a problemáticas externas y dando la espalda a lo intrínseco. Al principio de su carrera, Hugo se arriesgó a ser perseguido a manos de la censura del gobierno para escribir obras diseñadas para provocar al grupo de poder. Más tarde, como escritor y como político, Hugo defendió las causas de los desfavorecidos y la clase trabajadora.
En la novela, Jean Valjean encuentra su propósito en apoyar a otras personas en sus luchas. Él triunfa a través de la generosidad y la misericordia. Estas son las armas con las que finalmente derrota a su adversario Javert, un funcionario fanático de la ley y el orden.
Los Miserables hace una llamada a las armas: perseguir el progreso, no la estabilidad. Las leyes y las instituciones de la sociedad son frágiles y están expuestas al fracaso. Hay que reconocer la crueldad de los esfuerzos por preservar el statu quo a toda costa. Abrazar la humanidad y la lucha que nos une.
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